Una crónica diferente.
Hola a todos/as.
Primero que nada, quiero
agradecer todas las muestras de felicitación recibidas por parte de mi familia
después de la aventura en Embrun (Francia).
Si, llamo aventura, al hecho de
recorrer más de 1.200 km en un solo día para hacer realidad una ilusión. Una
ilusión demasiadas veces repetida y no por ello menos importante cada vez.
La palabra empezada por IRON me
da a la vez miedo y respeto. Después de tanto IRONMAN LANZAROTE, IRON-TERRA,
IRONCAT, CHALLENGE ROTH, EMBRUNMAN, sé
muy bien de lo que hablo.
Todos conocéis las distancias (4
km nadando, 180 km en bici y 42 km corriendo) y todos conocéis la mezcla de
sentimientos, esfuerzo, sufrimiento, alegría, emoción, que conlleva ser
finisher, pero… esta palabreja tan técnica para mi, también tiene otras
connotaciones. Significa que mi chico está al límite, sin fuerzas, satisfecho,
contento, pletórico, orgulloso. Y yo, que a veces pienso que soy demasiado
permisiva dejando que se vacíe de esa manera, estoy llena de satisfacción, de
orgullo, de admiración. Es difícil de entender. Sólo hay que ver a Álvaro,
Celia y Sofía cómo miran a su padre.
Ellos también son finisher,
colgando de sus sillitas dormidos en el coche, levantándose a las cuatro de la
madrugada para ver a su papa salir en la natación a las seis, aplaudiéndole en
la bici y gritándole ánimos en el maratón. Soportando el sonido de las
ambulancias sin decir palabra e intentando pensar que el triatleta que lleva
dentro no es su papa. Preguntándole a cada juez ¿dónde está el dorsal 180?,
cuando no llegaba y por fin, cerca de las once de la noche, a oscuras
prácticamente, entrando todos en meta, ocupando todo el carril
cogidos de la mano, muertos de vergüenza, entre vítores y gritos en otro idioma
que no entendían, llorando de alegría.
Ha sido un viaje duro, pero ha
tenido su recompensa: El recuerdo en sus cabecitas de que su padre es su héroe.
Su héroe de verdad, de carne (poca) y hueso. Y sabiendo que ellos son su
fuerza, sus alas.
Asi, después de todo y como
conclusión, hay que gritar bien alto que, definitivamente , SOMOS UNA FAMILIA FINISHER.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada